Oveja Negra

Inglaterra, la eterna enemiga de la Patria


25 de noviembre de 2022

Oveja Negra

Un repaso, en clave de soberanía, por los vaivenes de nuestra historia desde el siglo XIX hasta nuestros días.

Postales de la Vuelta de Obligado

El 20 de noviembre de 1845, tuvo lugar el combate conocido como Vuelta de Obligado, cerca de la actual ciudad de San Pedro. Una escuadra compuesta por fuerzas francesas y británicas intenta remontar el Río Paraná desconociendo la soberanía de Confederación Argentina. Son los objetivos anglofraceses establecer relaciones con comerciantes locales, especialmente con los asentados en Corrientes, provincia opositora al gobernador bonaerense Juan Manuel de Rosas.

Rosas, por su parte, responsable de las relaciones exteriores de la Confederación Argentina, instruye al general Lucio N. Mansilla para que lidere la resistencia.

 

La escena que sigue ya es conocida, la tropas y paisanada argentina cruzan cadenas de costa a costa del río y desde sus barrancas cañonean los buques invasores. La pelea fue claramente desigual y luego de varias horas de combate, la escuadra anglofrancesa logra pasar. En la batalla murieron 250 argentinos y medio centenar de europeos.

El conflicto no se detiene en esta batalla emblemática, sino que Mansilla sigue construyendo baterías defensivas y atacando a los buques enemigos que intentan remontar nuestros ríos con el objetivo de comerciar sin pedir permiso ni pago alguno de derechos de aduana.

El 2 de enero de 1846, hubo un nuevo combate en la Vuelta de Obligado. El día 9 se logra causarles serias averías a las embarcaciones en El Tonelero (cerca de Ramallo) y ese mismo día en Acevedo (cerca de San Nicolás de los Arroyos).

El 16 de enero sucedió el Segundo combate de San Lorenzo, donde las fuerzas confederadas dañaron gravemente a la escuadra anglo-francesa. El 10 de febrero, el vapor Gordon, enviado a pedir refuerzos, fue atacado frente a la isla del Tonelero y el 2 de marzo, sufrieron terribles pérdidas en Quebracho, y al mes siguiente tres buques más otra vez en el Tonelero.

El 21 de marzo los invasores atacan el puerto de Ensenada y el 25 Atalaya, en ambos casos, milicias locales de caballería los obligaron a reembarcar y retirarse. El 19 de abril, en el Quebracho, el capitán Alzogaray recuperó uno de los buques de la armada porteña capturada a Brown tiempo antes.

Las hostilidades que los invasores recibían a cada paso les fue volviendo insostenible la intensión de seguir con la invasión y el bloqueo al puerto de Buenos Aires. En 1847 los británicos se retiran del Río de la Plata y al año siguiente lo harán los franceses.

Hasta aquí, una síntesis muy acotada sobre del por qué el 20 de noviembre es el día de la Soberanía Nacional. Sin embargo, es bueno recordar todas las veces que los británicos agredieron a estas tierras sudamericanas:

1763 Invasión angloportuguesa

En 1756 estalla la Guerra de los Siete Años donde los reinos de Gran Bretaña y Portugal se enfrentan a los de Francia y España. En ese marco, el 2 de enero de 1763 una escuadra angloportuguesa fondea frente a las costas de Montevideo y dos días después atacan Colonia de Sacramento (actual ciudad de Colonia).

La defensa de los territorios rioplatenses estuvo a cargo del gobernador de Buenos Aires, Pedro de Cevallos. Este, no solo rechaza a la escuadra angloportuguesa, sino que prosiguió su campaña hacia el oeste apoderándose de la Fortaleza de Santa Teresa (actual departamento de Rocha, Uruguay) y el poblado de Río Grande de San Pedro (ciudad del actual estado brasilero de Río Grande del Sur. Los oficiales británicos fueron juzgados y ahorcados por actos de piratería.

En los conflictos posteriores entre España y Portugal por la región rioplatense y sur del Brasil entre 1776 y 1777 también encontramos oficiales británicos comandando parte de las tropas portuguesas. Entre ellos se encontraba Arthur Phillip, quien diez años después con el rango de almirante-gobernador funda la colonia penal de Nueva Gales del Sur (actual Sidney) en Australia.

 Invasiones inglesas de 1806 y 1807

Con el telón de fondo de la guerra entre España y Gran Bretaña, esta última intenta tomar posesión de los territorios del Virreinato del Río de la Plata.

La primera invasión fue realizada el 25 de junio 1806 donde 1600 soldados de infanterías a las órdenes de William Beresford desembarcan en la zona ribereña de Quilmes y avanzan sobres la ciudad de Buenos Aires, la cual mantienen ocupada durante 46 días. El virrey Rafael de Sobremonte huye al interior con el tesoro de la hacienda real.

Desde Montevideo, Santiago de Liniers encabeza las milicias españolas y el 4 de agosto desembarca en la actual localidad de Tigre. Entre el 4 y el 10 marcha hacia Buenos Aires donde se le van sumando más criollos.

Beresford se ve obligado a capitular luego de varios combates donde son abatidos 157 soldados británicos y tomados prisioneros otros 1300. Del lado español-criollo se cuentan más de 200 muertos.

Al año siguiente, los ingleses llevan adelante su segundo intento de invasión. El 28 de octubre barcos británicos fondean frente a Montevideo y avanzan sobre la zona de Maldonado. Mientras Montevideo se encuentra sitiada, en Buenos Aires una junta de guerra destituye al virrey Sobremonte por su inacción y Santiago de Liniers asume la defensa. Pero el 3 de febrero, Liniers es derrotado al desembarcar en Colonia y retrocede nuevamente a Buenos Aires.

El 28 de junio los ingleses desembarcan en Ensenada y avanzan sobre Buenos Aires. El alcalde de primer voto del Cabildo, Martín de Álzaga, comanda la resistencia popular y es auxiliado por Liniers que ya se encuentra de vuelta al mando de 1000 milicianos. El 5 de julio, las tropas británicas intentan tomar la ciudad, pero son atacados desde todas las casas y barricadas que el pueblo porteño fue levantando en días previos. El 7 de julio, las tropas inglesas replegadas en la Iglesia de Santo Domingo reciben el ataque del Regimiento de Patricios quien obliga a capitular al comandante John Whitelocke, quien a su vuelta a Londres sería declarado por un tribunal castrense como “inepto e indigno de servir a S.M. en ninguna clase militar”. Actualmente, las banderas británicas rendidas en esta jornada siguen expuestas en la Iglesia de Santo Domingo.

Malvinas 1833

En 1520, la expedición de Magallanes registra por primera vez en términos cartográficos la existencia de las Islas Malvinas. Toda la región austral de América quedaría bajo soberanía española a través de los diversos tratados de la época suscriptos por las potencias europeas: Madrid 1670 y Utrecht 1713, entre otros. España mantuvo 32 gobernadores en las islas en forma constante desde 1767 hasta 1811, motivo en que cesan por las guerras de independencia americana. Los primeros gobiernos patrios de las Provincias Unidas continuaron con la administración de las Malvinas, a las que consideraron parte integrante de su territorio, heredado de España por sucesión de Estados según el uti possidetis juris de 1810. En 1820 el Coronel de la Marina argentina David Jewett llevó a cabo el primer izamiento de la bandera argentina en las Islas Malvinas y concretó la toma solemne de posesión en nombre de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Sin mediar comunicado ni declaración de guerra alguna, el 3 de enero de 1833 el ejercicio de la soberanía de las Provincias Unidad es interrumpido por el capitán del navío inglés Jhon Oslow, al mando de la corbeta Clio, quien toma por la fuerza las islas y depone a sus autoridades.

El pabellón celeste y blanco volvería a ser enarbolado en las islas tan solo dos oportunidades antes de la guerra de 1982. La primera fue el 8 de octubre de 1964 donde el aviador civil argentino Miguel Fitz Geral aterriza en Malvinas entregando una proclama donde reclama a las autoridades locales el fin de la ocupación. La segunda vez sería durante el Operativo Cóndor liderado por Dardo Cabo el 28 de septiembre de 1966.

Malvinas 1982

El 2 de abril de 1982 nuestro país recupera las Islas Malvinas luego de 149 años de ocupación ilegal por Gran Bretaña. Nuestro pabellón flameará en el territorio austral hasta el 14 de junio de ese año donde las fuerzas militares argentinas aceptan la rendición.

Los reclamos por vía pacífica argentinos no han cesado hasta el día de hoy. Posiblemente, porque los gobiernos desde 1983 no han mostrado una voluntad militar-defensiva de nuestra integralidad territorial como forma de acompañar la estrategia diplomática.

La Argentina sigue sangrando por el río Paraná

Como se infiere de lo brevemente escrito hasta aquí, a lo largo de la historia el control de las vías navegables es clave para el ejercicio de la soberanía en la región. De hecho, Colonia de Sacramento, Buenos Aires y Montevideo, dan cuenta en sus posiciones geográficas las dispuestas entre el Imperio Español y el Portugués en los primeros albores de ocupación estatal en la zona rioplatense.

También lo entendieron así Gran Bretaña y Francia al querer colocar a los ríos Paraná y Uruguay bajo es estatus de ríos abiertos y poder transitar libremente por ellos.

La misma ocupación británica en Malvinas se explica en parte por su condición geopolítica que garantiza una plataforma de entrada a la Antártida y el control efectivo sobre el Cabo de Hornos como paso transoceánico. De hecho, Malvinas si se la ve en conjunto con otros territorios bajo ocupación británica como las islas Santa Elena, Ascensión y Tristán de Acuña, les permite a las embarcaciones militares que provenientes de Europa transitar el Atlántico sin recalar en territorios africanos o americanos para su reabastecimiento, siendo al mismo tiempo una constante amenaza militar a las naciones del hemisferio sur.

Actualmente, sobre las riberas del río Paraná se encuentran apostados cientos de puertos bajo administración privada de empresas trasnacionales en los cuales el Estado Nacional y las provincias ribereñas no ejercen en términos efectivos su poder fiscalizador de cargas ni de policía. El Paraná tiene una longitud de 4.880km con más de 17.000km de afluentes donde anualmente transitan más de 5.000 buques de carga que transportan las riquezas de nuestro suelo y que no redundan en un mejoramiento sustantivo de la población argentina.

Nuestro país es el 1º exportador mundial de harina y aceite de soja; el 3º de aceite de maíz, aceite de girasol y porto de soja. También es la tercera productora mundial de biodiesel en base a aceite de soja; el 4º productor mundial de semillas de girasol y 7º exportador mundial de trigo. Producimos el 5% del total de granos del mundo y la participación de los mismos en el mercado de granos y subproductos equivale al 15% mundial.

Aun así, en la Argentina del 2022 hay hambre. Y seguirá habiendo hambre y falta de trabajo hasta que el Estado Nacional no recupere la soberanía real sobre su río troncal más importante. Por el Paraná, por sus ciudades ribereñas y por su conexión directa con nuestros mares australes, murieron miles y miles de compatriotas a lo largo de la historia. Y seguirá siendo así mientras la autopercibida clase política no abandone su estado festivo permanente para ocuparse de lo que realmente importa: recuperar nuestra soberanía.

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