Oveja Negra

LA DEMOCRACIA NO ENCAJA EN EL DERECHO DE LAS BESTIAS


09 de diciembre de 2017

Oveja Negra

Ilustración: serkocaricaturas.blogspot.com.ar
Ilustración: serkocaricaturas.blogspot.com.ar

El neoliberalismo ostenta salvajismo en cualquiera de las aristas que expone. Salvaje para concentrar la riqueza en muy pocas manos, para fragmentar la sociedad disolviendo lo colectivo en el altar de los intereses individuales, para colonizar una clase política con el objetivo de encontrar el chivo expiatorio que aleje la política como esperanza transformadora.

Salvaje también, para imponer una matriz cultural que legitime la persecución política, la muerte, la represión y la miseria como destino para la mayoría, que presentada individualmente, nunca se  constituye en espejo para aquél que encuentra en la brutalidad neoliberal, una respuesta al odio que le impusieron sentir.

El neoliberalismo sólo puede erigirse escondiendo la miseria, las consecuencias de su implementación salvaje, detrás de la persecución a quienes deciden enfrentarlo.

Alejado de cualquier racionalidad -agresor permanente del sentido común- el neoliberalismo sólo puede erigirse escondiendo la miseria, las consecuencias de su implementación salvaje, detrás de la persecución a quienes deciden enfrentarlo, la negación de las responsabilidades de quien lo genera y  agazapado detrás de un cinismo sostenido hasta el descaro más absoluto. Total normalidad, tituló Clarín como anticipo de la noche más oscura que viviera nuestra Patria.

El neoliberalismo se lleva a las patadas con la democracia. No puede llevarse adelante una concentración brutal de la riqueza sin dejar afuera de las decisiones económicas al ochenta por ciento del país. ¿En qué democracia alguien puede elegir quedarse sin nada para que alguien se quede con todo?  ¿En qué democracia, alguien puede aceptar que aquél que no está de acuerdo con condenar a la pobreza a la mayoría de los habitantes, merece ser perseguido, encarcelado o asesinado por la espalda?

La democracia en la Argentina de Macri es una anécdota. Las decisiones económicas se toman fuera de la representación política elegida. Las decisiones en el terreno de la política se orientan exclusivamente a garantizar la represión que traiga orden a los que se benefician del modelo. La acción legislativa es apenas una caja de resonancia para marcar la brecha entre aquellos que se enfrentan al modelo, y  aquellos que hacen del eufemismo una razón para traicionar a sus votantes, a la esencia misma del proyecto que dicen abrazar o incluso a la letra más gruesa de la carta orgánica del partido al que se afiliaron para acceder a una banca.   

Bonadío es un exabrupto a un Poder Judicial ya plagado de mediocres vitalicios y cobardes privilegiados socialmente.

Cualquier cobarde se cree bravo escondido en los poderes de una república farisea. Eso es Bonadío, un exabrupto a un Poder Judicial ya plagado de mediocres vitalicios y cobardes privilegiados socialmente. Bonadío es un mamarracho de muy pocas luces, que la va de bravucón detrás de la impunidad que le ofrece ser Juez  Federal.

No es cuestión de insultar nomas, pero la ecuación es bastante sencilla. O es un mediocre que tardó una semana más de tiempo en ordenar la detención de Cristina Fernández de Kirchner en condiciones materiales de llevarla adelante; o es un cobarde al que no le dio la nafta para detenerla cuando aún no tenía fueros.

Como sea, Bonadío dio una muestra más de un clima de época que está empujando a la Argentina a una crisis inexorable. La  detención de Carlos Zanini, Luis D´elia, Héctor Timmerman y Fernando Esteche constituye un exabrupto mediatizable que testimonia el clima represivo que se cobró las vidas de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, y la persecución política que Gerardo Morales inició con Milagro Sala y las compañeras y compañeros de la Túpac Amaru.

En la misma semana en la que -con menos difusión y menos atención política- se incrementó la deuda externa contraída por la Argentina, que siempre tiene como destino cubrir los costos de cancelación de las LEBAC que vencieron estos días y cuyos intereses, cada mes, ascienden a un tercio de la guita que les están choreando a los jubilados. Misma semana en que le garantizaron intereses millonarios a los timberos de la city porteña, se materializaron tarifazos en todos los servicios públicos y la paritaria más elevada negociada a principios de año terminó por perder con la inflación.

Cada semana el neoliberalismo orilla su propia crisis. Por escándalos de corrupción, por ignorancia supina en la acción política de gobierno. O sencillamente, por incapacidad ya para esconder las salvajes consecuencias de su modelo de acumulación, incluso, a los ojos de sus propios legitimantes. Sin embargo, cada crisis se evapora por la preocupante naturalización de sus propias causas.

No se trata solamente de una porción de la sociedad colonizada culturalmente por los medios de comunicación. También debemos asumir las responsabilidades de seguir asistiendo con respuestas que evidencian un compromiso a medias, tibieza en nuestras acciones, y prioridades individuales sobre el sentido colectivo de nuestra militancia. También es necesarios que asuman responsabilidades una dirigencia que, aún no logra comprender, esta etapa exige algo más que habilidad para perforar mediáticamente el blindaje de los grupos económicos de la comunicación. La estrategia de la selfie anda agotada como respuesta para esta etapa.

Nos gobierna nuestro enemigo histórico. Jamás van a reivindicar la democracia, por mucho que se lo exijamos, porque la democracia no encaja en el derecho de las bestias.

Los que lloran y los que luchan; y no nos cansaremos de recordar las categorías de Masetti. Nos gobierna nuestro enemigo histórico. El que fusiló, torturó, desapareció y arrojó vivos desde los aviones a nuestros compañeros y nuestras compañeras. Jamás van a reivindicar la democracia, por mucho que se lo exijamos, porque la democracia no encaja en el derecho de las bestias.

La noche no es eterna, apenas es oscura. Pero el amanecer de la Patria, es tarea ineludible de la militancia, es horizonte del peronismo. Asumamos la decisión de ser libres, como dijo San Martín, con el sol por testigos. 


                                                Colectivo de Medios Oveja Negra

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