Oveja Negra

MALVINAS: 40 AÑOS


02 de abril de 2022

Oveja Negra

Editorial de Facundo Armella

Por Facundo Armella

 

Hace 40 años se daba inicio a la aciaga guerra tras el desembarco de las tropas argentinas sobre las islas, un movimiento de Leopoldo Galtieri en clave "manotazo de ahogado" para alcanzar algún grado de legitimidad y seguir enquistados en el manejo del gobierno.

El gobierno de facto supo poner al Estado de rehén y a completa disposición de una banda de delincuentes de guante blanco con intereses bien foráneos que se ocuparon de llevársela en pala y condenar a todo el pueblo argentino a una deuda castradora y a una entrega monumental.

Mucho antes de 1982 y hace casi 200 años San Martín mencionaba las Islas en una carta al ministro de guerra; cuando el gobierno patrio de aquella época enviaba al Comandante David Jewet al mando del buque “Heroína” a plantar una bandera argentina en el archipiélago. Después Pablo Areguatí fue nombrado comandante militar de Malvinas, indio guaraní y soldado de la independencia de Manuel Belgrano. Esto antes de la llegada del pirata inglés en 1833, que inmediatamente tuvo su respuesta heroica de la mano del Gaucho Rivero quien los sacó cagando con faca y boleadora en mano, cuando recibimos el apoyo de Bolivia que fue el primer país en expresar su solidaridad ante la ocupación británica. Bolivia supo vislumbrar la fortaleza del reclamo y convertirlo en latinoamericano desde el primer momento.

Digo Pirata porque los piratas son ladrones organizados que roban y asaltan, igualito que los ingleses hoy. Lo positivo de todo esto es que, tras el atropello, siempre existió el aguante y la resistencia, siempre criolla, siempre bancando los trapos y por sobre todas las cosas siempre con el interés legítimo de defender la Patria y la soberanía.

Las historias heroicas siguen, siendo Perón Presidente el primero que presenta el reclamo formal ante la recién fundada ONU, luego Miguel Fitzgerald que pilotara su avión para llegar a la Islas en el 64, o Raymundo Gleyzer, el primero en filmar un documental allí mismo.

Ni hablar de una de las más grande historias de rebeldía que tenemos, y rebeldía posta, no la berreta que venden hoy en día con el eslogan de “libertad” como la de no usar barbijo en medio de una pandemia. Hablo de la que organizó Dardo Cabo con la operación Cóndor en la que secuestraron un avión, lo desviaron del destino y lo hicieron aterrizar en las Islas para que flamee nuestra bandera en homenaje al Gaucho Rivero.

Hoy, a pesar de que la historia se retuerce y lxs heroes se resisten, seguimos soportando el enclave colonial inglés sobre nuestro Mar, porque los piratas militarizaron todo el Atlántico Sur usando nuestras Islas para regir una fortaleza funcional a los intereses geopolíticos de los yanquis y de la OTAN. Ahí tienen un control absoluto sobre los océanos y con un objetivo claro, desembarcar después sobre el sector antártico en una de las zonas con la mayor reserva de agua dulce del mundo.

En la escalada de provocaciones se encargaron de que Malvinas sea una de las zonas más militarizadas del mundo y con la que mayores gastos cuenta. El año pasado el Gobierno Nacional salió a repudiar las pruebas con misiles, dejando al descubierto la inútil (o no) demostración de fuerza. Por estos días nos agitan en la cara con un “entrenamiento militar para los civiles de las Islas” haciendo circo y despliegue del armamento que cargan.

¿Pero de dónde sale la moneda para pagar esto? La financiación sigue llegando a través de las prácticas piratas, porque la corona británica les da permisos a corporaciones trasnacionales para que pesquen ilegalmente en nuestro mar, sacando ganancias de Nuestros recursos pesqueros. Así se llevan más de 30 millones dólares.

Mirando más al sur, hacia nuestra Antártida, un montón de armamento militar pirata está esperando agazapado custodiando una de las reservas naturales de agua dulce más grande del mundo, están fichando nuestros minerales, nuestro petróleo y nuestros peces; ni hablar de nuestros lagos, ya sabemos todxs de Joe Lewis y Lago Escondido que con sus empleados a fuerza de escopetas defienden sus intereses como si tuvieran algo que ver con los nuestros. Todo esto con la mala suerte de que a Green Peace, en medio de frenar la búsqueda de hidrocarburos off shore en Mar de Plata, no se les ocurre mirar un poquito para abajo para quejarse de la explotación petrolera y pesquera. ¿Qué pena, ¿no?

Para culminar con todo este constante manoseo, provocaciones, ataques, escarnio y faltas de respeto, el fondo monetario internacional, designa como supervisor del organismo en la Argentina a un INGLES, Ben Kelmanson. (Casualmente se me viene a la mente el twitt de la selección chilena parafraseando la canción de la mano de Dios para dedicársela al delantero nacionalizado inglés Beneton)

La designación de Kelmanson viene a terminar de consolidar un plan consciensudamente orquestado para poner nuestra economía a merced del sistema financiero internacional, como lo hicieron en los otros 24 acuerdos que se firmaron en nuestra historia. Al fondo le gusta venir a darnos ordenes de como tenemos que conducir nuestros destinos para que ellos puedan cerrarles unos números a fuerza de ajustar al pueblo argentino mientras por atrás nos pasa un elefante con el jueguito de la timba financiera organizada con el negocio de las leliq y las lebacs.

No nos queda más que repensar el ejercicio de patriotismo, Que ser patriota no sea solamente colgar una bandera por el mundial, ni gritar fuerte Viva la Patria, porque todo es al pedo si ponemos de presidente a un vendepatria como Macri, que no sabe ni pronunciar el nombre de nuestras Islas y mucho menos tiene el interés de defender nuestra soberanía frente a los piratas en medio de tantos atropellos. Hay que hacerla en el cotidiano, construyendo, consolidando y bancando los procesos donde estas banderas transversales de soberanía sean banderas irrenunciables, y no volver a caer nunca más con un desprendido de lo nuestro que se caga en 200 años de la historia de nuestra Patria.

Los piratas no tienen que estar en nuestras islas explotando nuestros recursos ni mucho menos avizorando los preciosisimos suelos de nuestra Antártida, como así tampoco el FMI debe estar en nuestro Banco Central pretendiendo digitar nuestra economía al servicio de sabandijas que solo llenan sus bolsillos mientras las panzas de nuestros compatriotas siguen vacias, cuando se ven empujados a participar de una faena salvaje en la ruta porque les es imposible acceder a pagar un kilo de carne.

Recuperemos la real impronta patriota que nuestrxs antiguxs héroes nos están esperando porque tuvieron en claro que todo tiene que ver con todo y que la recuperación de lo nuestro no va a llegar por el comité especial de descolonizacion de la ONU, sino con tener el coraje de no dejarnos doblegar por la organización financiera internacional. Que casualmente los intereses de estos como de aquellos son los mismos y van siempre en detrimento de los nuestros, y aseguremosles a nuestros pibes del futuro , una Argentina soberana, emancipado, libre, autónoma y con el absoluto imperio de sí misma.

 

FUERA INGLESES DE MALVINAS

FUERA FONDO DE ARGENTINA.

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