Oveja Negra

Moreno, Walsh y los fusilados de la historia


11 de junio de 2023

Oveja Negra

Cada 7 de junio en nuestro país se conmemora el día del periodista tomando como hito la primera publicación de “La Gazeta de Buenos Aires”, periódico fundado por Mariano Moreno en 1810. El profesor David Acuña, en el día del periodista se mete con nuestra Historia Nativa.

Por David Acuña

Cada 7 de junio en nuestro país se conmemora el día del periodista tomando como hito la primera publicación de “La Gazeta de Buenos Aires”, periódico fundado por Mariano Moreno en 1810. Sin embargo, pocos tienen presente que dicha publicación nacía como órgano de prensa de una Junta de Gobierno revolucionaria y que Mariano Moreno era un militante político que ejercía como secretario de la misma.

La historia es un campo de disputa de sentidos que se da en el propio presente de una comunidad nacional. La historia como disciplina no es el inventario del desván donde se guardan las cosas viejas y en desuso; por el contrario, es parte de un terreno de batalla donde cada generación política busca justificaciones y certezas para una praxis que avizore el porvenir y luche por él. Por eso, rescatar a Moreno de las sombras del pasado solo puede hacerse en clave política colocando luz sobre el proyecto de transformación social al que el mismo adhirió y del cual nosotros podemos encontrar algunas pistas que nos sirvan para mirar la crisis política que nuestro país atraviesa.

El proyecto político al cual adhiere Moreno no solo ha quedado reflejado en escritos de su autoría o en la pluma de sus enemigos, sino que se verifica en las medidas que la Junta de Buenos Aires lleva adelante apenas asume la dirección del gobierno de la capital virreinal. Se fijan límites a la extensión de tierras para evitar la formación de grandes haciendas; se pone en marcha fábricas de pólvora y armas bajo dirección estatal; se mantienen aranceles para algunos productos de importación; se crea la biblioteca pública; se abre un órgano de prensa oficial; se fusila a detractores y se planifican las campañas militares para expandir la revolución.

Las acciones de Moreno como parte del grupo revolucionario de Mayo duraron tan solo un año, pues muere un 4 de marzo de 1811 en altamar cuando se dirigía a Londres a comprar armas y establecer vínculos políticos con una nación que en el tablero de poder europeo podría jugar a favor de las colonias españolas. Y así, como hay sospechas fundadas de que su muerte fue realizada por el encargo de sectores conservadores al interior de la revolución, también hay sospechas fundadas de que el documento conocido como Plan Revolucionario de Operaciones al que se le adjudica su pluma y también ideas de Belgrano, ha sido denostado y tratado de apócrifo por aquellos que luego construyeron un Estado Nacional alejado de aquella revolución sustentada en la movilización del pueblo en armas.

El 25 de marzo de 1977, Rodolfo Walsh, también al igual que Moreno de oficio escritor y periodista, era asesinado por un grupo de tareas que servía bajo las órdenes de una Junta Militar que se había hecho con el gobierno por medio de un golpe de Estado un año antes.

Walsh que en su juventud había adherido fugazmente a los postulados de la Alianza Libertadora Nacionalista, se vuelve peronista conmoviéndose en la investigación que lleva adelante sobre los fusilamientos de militantes peronistas en los basurales de José León Suarez el 10 de junio de 1956. Crímenes que al día de hoy se encuentran impunes y donde la conmemoración de las víctimas, como en el cuidado de sus familiares perseguidos y marginalizados, no siempre ha estado en presente en las prioridades de la propia dirigencia peronista.

El cambio profundo que Walsh realiza en su persona a partir de su investigación para Operación Masacre lo llevará a asumir las banderas de la transformación social y sumar su pluma a Prensa Latina (agencia de noticias cubana fundada por el Che), al diario de la CGT de los Argentinos, a integrarse a la organización Montoneros y a denunciar los crímenes perpetrados por la Junta Militar.

Moreno y Walsh se unen en la intersección de nuestra historia en donde la ancha avenida del pueblo confluye con la de la revolución y la justicia social. Fueron actores consientes en que su oficio de periodistas solo encontraba sentido si era parte de una militancia organizada junto al pueblo de la patria. Diferentes coyunturas, pero ciertamente, también con muchas similitudes en objetivos y métodos.

En la Argentina de hoy, mientras las clase política y empresarial se siente más cómoda cooperando con el imperialismo de Washington y las recetas del FMI, sería bueno recordar aquello que señalara Moreno: “Todas las naciones en el apuro de sus rentas han probado el arbitrio de los empréstitos, y todas han conocido a su propia costa que es un recurso miserable con que se consuman los males que se intentaban remediar”. No sea cosa, que, en aras de la corrección, los buenos modales y el afán insaciable por ocupar un lugar en cualquier lista, mañana tengamos que volver a resistir el embate del Capital al lado de todos los fusilados de la historia.

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