Oveja Negra

SIN REFORMA AGRARIA NO HAY SOBERANÍA ALIMENTARIA


24 de mayo de 2018

Oveja Negra

Tercer entrega del debate iniciado por David Acuña acerca de la matriz latifundista y agroexportadora del modelo alimentario impuesto por la oligarquía y las multinacionales del sector.

Por David Acuña

 

En las dos entregas anteriores problematizamos sobre cómo se producen los alimentos en nuestro país, quién los controla y cuál es el modelo de explotación agrario imperante. Además señalamos que la base material del poder oligarca es la concentración latifundista de la tierra puesta en explotación para mercado exportador. De esta manera, la oligarquía junto al sector financiero son parte constitutiva del modelo neoliberal que hoy detenta el gobierno argentino por medio de la alianza Cambiemos.

La realidad agraria argentina es parte de un marco más extenso en cuanto a formas de propiedad del suelo y modalidades de explotación del mismo. Según mediciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 1% de los propietarios concentra más de la mitad de las tierras agrícolas explotables, convirtiendo a la Región en el lugar más desigual del planeta en la distribución del suelo. Si aplicamos el coeficiente de Gini se alcanza el 0,79, muy por delante de Europa (0,57), África (0,56) y Asia (0,55).

El modelo latifundista agroexportador al ser basado en la lógica neoliberal y de libre comercio busca la maximización de las ganancias bajo los métodos más ventajosos para el terrateniente y los grupos económicos. Por eso mismo no tiene empacho en la utilización de químicos en forma intensiva causando daños incalculables en el medio ambiente, en la salud de los productores y trabajadores rurales, como así también en todos los consumidores de alimentos. Por el contrario, el modelo basado en la agricultura campesina y familiar, y en la soberanía alimentaria, prioriza la producción local para los mercados locales y nacionales, rechaza el dumping, el monopolio y la concentración de la cadena de comercialización. Utiliza prácticas de producción basadas en el conocimiento local, no es dependiente del paquete tecnológico extranjero y sobre todo: genera empleo y arraigo rural. La agricultura campesina y familiar es potencialmente más productiva por unidad de superficie, más compatible con el medioambiente y mucho más capaz de proporcionar una vida digna a las familias rurales, al mismo tiempo que le proporciona a los consumidores alimentos sanos, accesibles, de estación y producidos localmente.

El reclamo de una reforma agraria es tan antiguo como vigente y necesario en la Argentina. Hay una lucha campesina y rural ocultada o tergiversada por los mercaderes de la historia liberal que debe ser revalorizada por el conjunto del campo popular. El Grito de Alcorta en 1912; los levantamientos de obreros rurales en la Patagonia y en la empresa La Forestal a principios de la década del ´20; el Malón de la Paz que vuelve a hacer visible las penurias campesinas e indígenas en 1946; las Ligas Agrarias del Noreste en los ´70; la defensa del monte santiagueño por el MOCASE a partir de los ´90 y el resto de las acciones de la Vía Campesina en el presente, son algunos ejemplos de la rica experiencia de organización popular que lucha por otro tipo de régimen de propiedad, explotación y destino de nuestras tierras nacionales.

Solamente con una reforma agraria que surja desde abajo, que sea tomada por el conjunto del campo nacional y que coloque en la agenda política la necesidad de democratizar el acceso a las tierras productivas podrá garantizarnos como comunidad nacional el acceso a una alimentación sana, de calidad y abundante. Una reforma agraria que reparta el latifundio, que contemple la propiedad de explotación comunal y que garantice el respeto a las tierras ancestrales de las parcialidades indígenas, ayudará a erradicar la pobreza estructural. Ya que se generan puestos de trabajo rurales, fomenta la industria nacional, amplia el mercado interno, permite la recolonización del campo, mitigar el hacinamiento urbano, permite el acceso a la vivienda y garantiza el desarrollo sustentable de las localidades. Con una reforma agraria ganamos todos, gana la Argentina. La tierra tiene que tener un fin social, y el acceso a ella es un derecho de todo aquel que quiera trabajarla y construir un techo para los suyos.

Raúl Scalabrini Ortíz señalaba que Yrigoyen había cometido dos errores políticos: “El primero fue el de detener su obra revolucionaria en el umbral del Parlamento y permitir que un senado que venía desde el mayor oprobio del régimen obstaculizara su obra de gobierno y su empresa de reivindicación nacional. El segundo fue el dejar indemne a la oligarquía, dueña de sus tierras, de sus diarios, de sus privilegios. Posiblemente Yrigoyen, que tenía profunda confianza en la posibilidad de unir a todos los argentinos en la fortaleza de un solo haz, creyó que bastaba la nobleza de sus propósitos y la generosidad de sus anhelos para disuadirlos alguna vez y hacerlos cejar en su enconada oposición. Esos errores políticos engendraron el 6 de setiembre de 1930”.

Posiblemente, y permitiéndome tomar la licencia de parafrasear al maestro Scalabrini Ortíz, me atrevo a agregar que tanto Juan Domingo Perón, como Néstor Kirchner y Cristina Fernández, cometieron errores similares. Discúlpenme el atrevimiento, y tal vez lo forzado de la comparación, pero lo cierto es que la oligarquía terrateniente aliada al capital imperialista sigue financiando golpes de estado y desestabilización de gobiernos populares aquí y en el resto de América Latina.

Hoy como ayer, para barrer con la sucia oligarquía, con sus formas de propiedad y explotación antihumanas, debemos considerar como necesaria una reforma agraria integral que sea parte de nuestra construcción militante, de nuestros anhelos de liberación y de nuestra lucha por la justicia social.

 

Agraviados en nuestra dignidad,

heridos en nuestros derechos,

despojados de nuestras conquistas,

venimos a alzar en el punto donde otros las dejaron,

viejas banderas de la lucha”.

Programa del 1° de Mayo, CGT de los Argentinos (1968)

 

* Te dejamos el link a las dos primeras entregas de este material: 

1era nota:

http://ovejanegramedios.com.ar/soberania-alimentaria-etchevehere-se-la-come-toda.html

2da nota: 

http://ovejanegramedios.com.ar/los-duenos-de-la-tierra-y-la-mesa-de-los-argentinos.html

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