UN MUSEO DE GRANDES NOVEDADES
28 de agosto de 2018
Editorial semanal de Oveja Negra Radio. Lunes 27 de agosto de 2018
Por Colectivo Oveja Negra
No era necesario tener la bola de cristal para anticipar las nefastas consecuencias que iba a dejar en materia económica una restauración neoliberal llevada adelante bajo la presidencia de Mauricio Macri. No fue un ejercicio de clarividencia aquella campaña que los grandes medios de comunicación denominaron “campaña del miedo” cuando anticipábamos un brutal ciclo devaluatorio que destrozara el ingreso real de los sectores populares, un descomunal ajuste sobre el Estado Nacional para clausurar derechos, ingresos indirectos y provocar una enorme transferencia de recursos hacia los sectores empresarios, ni había que ser mago para avisar que se aproximaba un nuevo ciclo de endeudamiento externo basado en la inauguración de un nuevo ciclo de especulación financiera que terminaría con nuestra soberanía entregada en los despachos del Fondo Monetario Internacional.
Debemos reconocer, sí, que quizás nos quedamos cortos.
El golpe de estado del 16 de Septiembre de 1955 tuvo en el plan diseñado por Raúl Prebisch, su programa de revancha económica contra la distribución de la riqueza materializada por el peronismo en la década anterior. Devaluación de la moneda para licuar los salarios reales, reducción de los objetivos trazados por un Estado social y económicamente presente en el impulso de industrialización del país, apertura irrestricta a los grupos económicos extranjeros que privatizaron en su favor el comercio exterior y el inicio de un ciclo de endeudamiento progresivo de la economía nacional que hipotecó el futuro de nuestro país.
Como puede verse, no hacía falta tener una bola de cristal para predecir que los gerentes de los grupos económicos, los intereses de las potencias extranjeras y el blindaje de las corporaciones de la comunicación que acompañaban a Mauricio Macri en su candidatura, no iban a tener para ofrecer a nuestro país en términos económicos, más allá del mismo programa de miseria planificada que le han ofrecido a lo largo de la historia.
Arturo Jauretche, en su “Plan Prebisch: Retorno al coloniaje” intentaba sintetizarlo de este modo: “Los argentinos apenas si tendremos para pagarnos la comida de todos los días. Y cuando las industrias se liquiden y comience la desocupación, entonces habrá muchos que no tendrán ni para pagarse esa comida. Será el momento de la crisis deliberada y conscientemente provocada… No habrá entonces más remedio que contraer nuevas deudas e hipotecar definitivamente nuestro porvenir”.
El golpe de estado del 24 de Marzo de 1976 tuvo en las recetas sintetizadas por los 12 puntos de Martínez de Hoz su programa de revancha económica contra los trabajadores. Apertura irrestricta de las importaciones, transferencia de recursos del Estado para subsidiar una bicicleta financiera que ponía en la especulación el centro de la economía nacional, el endeudamiento externo brutal que termina con la dictadura de rodillas ante el FMI, despidos masivos, devaluación de la moneda, eliminación de subsidios a los servicios públicos, tarifazos y desmantelamiento del aparato productivo e industrial del país, volvían a restaurarse en la Argentina.
Como puede verse, no hacía falta tener una bola de cristal para predecir que los gerentes de los grupos económicos, los intereses de las potencias extranjeras y el blindaje de las corporaciones de la comunicación que acompañaban a Mauricio Macri en su candidatura, no iban a tener para ofrecer a nuestro país en términos económicos, más allá del mismo programa de miseria planificada que le han ofrecido a lo largo de la historia.
Si no han sido ingeniosos en términos económicos, ¿qué carajo podría hacer pensar que iban a ser más ingeniosos en términos políticos? Jamás un programa económico de revancha contra los trabajadores y los más humildes fue materializado sin la necesaria proscripción, persecución política y la violencia ejercida contra el movimiento nacional, sus liderazgos y su militancia.
Si no han sido ingeniosos en términos económicos, ¿qué carajo podría hacer pensar que iban a ser más ingeniosos en términos políticos?
En forma sincronizada, y como consecuencia de aquella puesta en escena de lawfare americano que se llamó “LavaJato” en Brasil, se sucedieron el golpe palaciego que terminó con el gobierno de Dilma Rousseff, el encarcelamiento de Lula da Silva y su intento de proscripción frente a la inevitable demanda popular para que vuelva a gobernar el país, y el silencioso proceso de transferencia de las grandes empresas locales, arrepentidas de lo que siempre hicieron y extorsionadas con la cárcel, a capitales norteamericanos. El caso de la multilatina JBS de los hermanos Battista que perdieron su hegemonía internacional en el mercado de carnes a manos de Tyson Food, sirve como botón de muestra.
Proscripción y profundización de la concentración y extranjerización económica, son la síntesis del guion escrito en los cuadernos que nunca se hallarán.
Los cuadernos no son el circo que aparentan ser. Son la desembozada puesta en escena de un proceso de proscripción política de Cristina Fernández de Kirchner, para quien no existe ya estado de derecho alguno que regule su devenir político, al tiempo que las grandes empresas locales, fundamentalmente del rubro energético, las constructoras del sector y, de paso, los sectores financieros locales, empiezan a ver retroceder sus acciones hasta ser condenados a la desinversión y la venta de activos locales.
Proscripción y profundización de la concentración y extranjerización económica, son la síntesis del guion escrito en los cuadernos que nunca se hallarán.
Mientras eso sucede, la crisis autoinflingida por los gurúes económicos de la restauración neoliberal avanza como una locomotora hacia una catástrofe económica, cuyas consecuencias sociales recién están cristalizándose, y que desembocará en la inexorable crisis política de un régimen que llegó con la impostación democrática en un paradojal caso de fraude moderno, y se irá envuelto en la maraña de sus mentiras como una etapa infame de nuestra historia.
En la organización popular, en la reivindicación de la política, y en la capacidad de resistencia para garantizar que el destino de un futuro gobierno popular sea alcanzado por el camino de la democracia, nos empuja a pelear. Nos obliga a construir un dique de contención contra la ofensiva que intenta sepultar en la proscripción al liderazgo de Cristina Fernández de Kirchner, quien sigue, y seguirá aún más, sintetizando los anhelos de un pueblo humilde que pretende reparar los sueños rotos por el neoliberalismo por el camino del respecto a la voluntad de la mayoría.