Oveja Negra

HAY OLOR A FUEGO QUE CRECE


02 de abril de 2017

Oveja Negra

ES Fotografía
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“El avión está tomado, ponga rumbo uno cero cinco”, fue la orden que recibió el piloto desde las entrañas de un joven de 25 años. Dardo Cabo y los cóndores, retomaban el largo camino de nuestro pueblo por alcanzar la soberanía de nuestras Islas Malvinas.

Nada es casual en la historia, que aun silenciada, deja huellas que alumbran nuestro tiempo. Un 20 de diciembre de 1832 la corbeta norteamericana USS Lexington atacaba las defensas militares establecidas por el gobernador Vernet en Puerto Soledad. Apenas quince días después, un 3 de enero de 1833, como si de casualidades se tratara, la corbeta británica Clio, ocupaba militarmente nuestras Islas.

Nada es casual en la historia, que aun silenciada, deja huellas que alumbran nuestro tiempo.

El imperio de ultramar y sus aliados yanquis, atacaban así la protección de pesca y explotación ganadera de las islas dispuesta por el gobierno de Buenos Aires, y con ello, violentaban una vez más la soberanía sobre nuestra tierra. En agosto de 1833, facón en mano, el Gaucho Rivero avanzó sobre los ocupantes y gestó una rebelión popular contra el hambre y la miseria que los colonos generaban.

La heroicidad del Gaucho Rivero, el arrojo de Dardo Cabo, explican la valentía y el patriotismo de nuestros combatientes en la Guerra de Malvinas. Ellos explican el sentimiento popular sobre nuestras Islas, alejado del oportunismo político y la cobardía de los genocidas que lanzaron la ocupación y terminaron entregándose, como Astiz, sin tirar un solo tiro. Valientes con los débiles, verdugos con su pueblo, cobardes ante el enemigo y traidores a la Patria.

Las Malvinas son un dolor en las entrañas de nuestro Pueblo. Son una vergüenza para el mundo entero porque testimonian en pleno siglo XXI la vigencia de enclaves coloniales. Son un recurso estratégico en energía y pesca. Son un privilegio geopolítico para el reclamo de la soberanía antártica. El único que no parece enterarse, es Mauricio Macri, que sigue ratificando la voluntad de garantizarle los negocios a Gran Bretaña sobre nuestro suelo.

Marzo, un mes que balancea dos elementos que amenazan no solo con el relato oficial montado, sino con la propia legitimidad de un gobierno al que se le arrepienten sus propios votantes ante cada iniciativa que asume.

Ahí anduvo nomás paseando el 24 de marzo por Holanda. Descansando mientras arreglaba su disfraz de gala para el homenaje de la corona de los países bajos, preparando el balbuceado discurso ante los grupos económicos de capital holandés, para ofrecerle el desarrollo energético de nuestra Patria a la Shell, a quien parece no alcanzarle haber colocado al Ministro de Energía.

Mendigó, una vez más, la llegada de inversiones externas como única meta para resolver la crisis económica autoinfligida por su gobierno. Repitió la gansada de libreto que indica que las inversiones habrán de llegar por la unidad, el diálogo y la confianza que despierta una Argentina que busca un cambio.

Lo hizo mientras millones de compatriotas, a lo largo y ancho de nuestra Patria, culminaban un marzo caliente, marcado a fuego por la movilización popular en rechazo a las políticas de ajuste y miseria que llevan adelante los gerentes que gobiernan la Argentina. Un mes que balancea dos elementos que amenazan no solo con el relato oficial montado, sino con la propia legitimidad de un gobierno al que se le arrepienten sus propios votantes ante cada iniciativa que asume.

Por un lado, la enorme voluntad de un pueblo de darle batalla a las políticas de ajuste que sólo ofrecen hambre y miseria para las mayorías populares. Por el otro, el altísimo nivel de organización popular que no sólo tiene como objetivo la cristalización del conflicto social, sino que aún más, tiene como meta volver a ser gobierno.

La respuesta del gobierno, lejos está de su discurso. El dialogo ha sido clausurado. La única respuesta que asume la patronal que gobierna, es aceptar con mansedumbre bovina las condiciones del ajuste. La confianza está garantizada para los poderosos, que tienen asegurado que cada iniciativa de este gobierno protege la multiplicación de sus ganancias. La unidad está siendo dinamitada por un discurso que asegura palos y cárcel para los que luchan.

La unidad está siendo dinamitada por un discurso que asegura palos y cárcel para los que luchan.

Mauricio Macri y sus secuaces preparan el terreno para avanzar hacia un ciclo represivo como única respuesta ante el ajuste. El pensamiento único de los medios no alcanza. Sin embargo, la represión conduce al gobierno hacia una espiral para su ilegalización, frente a la magnitud del conflicto que enfrentan.

Nuestra Patria "es un peligro que florece", como decía Leopoldo Marechal. Testimonio de ello será el paro nacional del 6 de abril, que todavía encontrará dirigentes que intentarán cubrirlo de un manto de intrascendencia. Marzo, la calle, la movilización y la organización popular han construido un punto de inflexión para que el paro general del 6 de abril no sea un punto de llegada, sino el inicio de un plan de lucha popular.

Hay olor a fuego que crece. ¿Lo sabrá Macri? ¿Sabe, señor Presidente, de cuánto vale, dormir tan custodiado, de expertos cínicos y botones dorados?


                                              Colectivo de Medios Oveja Negra

Foto: ES Fotografía

 

 

 

 

 

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